sábado, 21 de abril de 2012

Capitulo 9 Viviendo en el distrito 11


Os dejo el 9, que lo disfrutéis y...¡¡A COMENTAR!!

Capítulo 9

Rue

Después de la curiosa cena me fui directa al baño ya que me dí cuenta de que seguía con mi olor sucio del trabajo en los campos. Abrí el grifo y comprobé la temperatura del agua. Me sorprendí al notar el suave tacto del agua caliente y tibia en mis oscuras manos. Nunca me había duchado con agua caliente y eran pocas las veces que me duchaba. Esperé a que se llenase y me desnudé. Introducí un pie en la bañera y acto seguido lo retiré al abrasarmelo. Luego lo volví a introducir junto al otro pie y me agaché hasta sentarme en el suelo de la gran bañera. Me gustaba pensar cuando estaba en el agua, me relajaba y me despejaba la mente. Estuve unos minutos pensando en silencio y luego, no se porqué, silbé como un sinsajo. Luego entoné otras melodías que había oido en los campos de sembrado. Saqué los dedos de debajo del agua y me los miré. Estaban arrugados y me extrañó ya que nunca se me habían puesto así, tal vez porque nunca estuvieron tanto tiempo a remojo. También saqué el pie y me lo miré pensativa. Estuve pensando en toda la masacre que dentro de unas semanas iba a cubrir la arena. Estuve pensando en todos mis hermanos pequeños, agazapados delante de la pequeña televisión que teniamos en casa viendo como la gente iba muriendo poco a poco, rezando porque no llegase mi hora. Estuve pensando en lo aterradas que estarán todas las familias del resto de los tributos, estuve pensando en todo lo que se divertirá el Capitolio viendo como nos matabamos unos a otros. Estuve pensando en lo injusto que era todo...estuve simplemente pensando en un poco de todo. Iba a necesitar un aliado. Sería difícil de sobrevivir si no tenía a nadie que pelease junto a mí. Eso era lo que iba a hacer, aliarme con alguien.
Cuando me cansé de permanecer en el agua salí y me sequé con la suave toalla roja. Me vestí con un cómodo pijama que había encontrado en el armario y me dirigí a mi habitación. En el pasillo choqué con Thresh que gruñó y siguió andando malhumorado. Necesitaba hablar con él, él era fuerte y sabía hacer bastantes cosas así que sería bastante bueno como aliado. Le cogí de la muñeca y se giró molesto.
-Emm...tengo que hablar contigo-le dije tímida.
-Sueltaló. Ya- dijo impaciente moviendo el pie de una forma un tanto molesta.
-Necesito aliados...soy débil y pequeña y necesito sobrevivir-le dije con un hilillo de voz mientras intentaba soltar unas cuantas lagrimillas para ablandarle un poco.
-¿Y...?
-Pues...que tu eres fuerte y te has estado entrenando.
- No quiero aliarme con una mocosa. Yo no quiero aliados, quiero ganar yo solo.
-¿Y no quieres intentar salvar la vida a una persona?-le grité llorando al fin, esta vez con lágrimas de verdad.-Eso es ser un desalmado.
- Mañana hablamos.-me dijo él y se fue.
Me giré y seguí andando furiosa, triste y fuera de lugar. Esto no iba a ser fácil...

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